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Ovnis 

 

El Gorila Astronauta

del cerro Punta de Damas

 

 

por Osvaldo Murray.

 

Dos testigos de un extraño ser extraterrestre, que ha sido visto en escasas oportunidades en el mundo, se encontraron a boca de jarro con el extraño personaje y de ese encuentro, sólo se ha podido relatar el hecho, mas no la identidad de los testigos. De lo que “Revelación” puede asegurar, es que uno de ellos era arquitecto y su acompañante un juez, que luego llegó a Ministro de la Corte y en tiempos muy recientes sustanció un proceso de los más sonados que se han visto en Chile. Este ahora alto magistrado, nunca se ha querido referir públicamente al hecho, pero que fue publicado (sin nombre por supuesto) hace ya diecisiete años.

Nota: Este artículo fue escrito el año 1996.

 

Los hechos ocurrieron un fin de semana de Noviembre de 1979 y ambos excursionistas escalaban el Cerro Punta de Damas, al oriente de Santiago. Al culminar la ascensión de una meseta, contemplaron estupefactos un objeto redondo con luces de diferentes colores y muy brillantes.

 

A todo esto, la escena se registraba poco después del mediodía. Les atrajo profundamente la atención, el color de la nave, puesto que de eso se trataba, ya que era de color beige, más cerca del rosado. Por supuesto, una tonalidad muy extraña. Como sucede en estos casos, cada vez que alguien enfrenta algo poco común, trata de asimilarlo a algo conocido, pero de este aparato no existía nada con que compararlo.

 

Sin embargo, les duró muy poco la extrañeza por el color o la forma discoidal del ingenio, puesto que algo que estaba adosado a la nave, les puso los pelos de punta.

 

Afirmado en un costado del disco, el juez y el arquitecto, comprobaron que se encontraba el ser más extraño que imaginarse pueda. Se trataba de algo parecido a un ser humano, con cabeza, cuerpo y brazos, pero sin cuello. La cabeza estaba unida al cuerpo y el personaje estaba revestido de pelos, es decir, era una especie de gorila y los dos asombrados montañistas nunca pudieron determinar si el extraño ser, era peludo de naturaleza o bien, usaba un traje de piel.

 

Sin embargo, para los excursionistas, el sujeto simplemente era una especie de mono gorila de una raza muy singular.

 

Y esto, porque sucedió algo inesperado. Tras formarse una idea clara sobre lo que estaban viendo, (todo esto en pocos segundos), decidieron alcanzar hasta la meseta vecina donde estaba la nave y el gorila y para ello, debían descender un muy pequeño valle que unía ambas mesetas. Pero cuando comenzaban el descenso, se percataron que el extraño ser parecía abordar el disco. Bajaron a toda prisa y cuando comenzaban la ascensión de la meseta, donde estaba la nave, ésta comenzó a elevarse en medio de una sintonía de colores de gran resplandor y rápidamente se perdió en el espacio. Tanto el juez, como el arquitecto, al ver que el mono se movía, dieron grandes voces, tratando de llamar su atención e impedir que se fuera, para poder conversar o, por lo menos, verlo de más cerca y cerciorarse que no se trataba de una pesadilla.

 

En declaraciones a un periodista, el juez señaló en esa oportunidad: “He tenido la ocasión de ser testigo de un fenómeno inexplicable. Tengo muchas dudas al respecto; ambos estábamos cansados por la caminata y los escalamientos. Yo no podría asegurar con la frialdad de la reflexión que esto fuera la presencia de un OVNI o qué. Reflexivamente y con el tiempo, no hay motivo para suponer o figurarse algo que no tiene explicación. No niego ni afirmo (la observación). No me siento racionalmente capacitado para reconocerlo”

 

Más adelante, el magistrado dijo que su amigo arquitecto tenía más fe e inquietud frente al caso y que trataba de buscarle explicaciones. Poco después, se supo que el arquitecto y el juez reunieron un grupo de amigos y provistos de cámaras fotográficas, filmadoras y binoculares, realizaron una serie de ascensiones, tanto al mismo Cerro Punta de Damas, como al vecino Cerro El Plomo, pero nunca se supo, cuál fue el resultado de estas investigaciones.

      

 

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